El dilema de muchos interioristas es aclarar estos dos conceptos. ¿Qué pasa con estas dos profesiones? Porque sí, son dos diferentes. El diseño de interiores, a pesar de tener una historia muy antigua, ha adquirido mayor atención desde hace pocos años (aún recuerdo cuando decidí estudiar esto y todos me decían que moriría de hambre), al grado que muchos buscan a un profesional para que les ayude con sus espacios interiores en oficina, negocio o casa.
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Pienso que a partir de esta nueva etapa del interiorismo, es que surge esta duda sobre qué es un diseñador de interiores y que es un decorador. Y es que si bien son actividades hermanas, no son lo mismo. Como veremos con mayor detalle más adelante, conceptualmente el interiorismo es más amplio que la decoración pues ésta última es sólo una fracción de lo que implica el interiorismo.
En términos profesional, la diferencia entre un diseñador de interiores y un decorador también radica en la preparación académica. No quiero sonar despectivo o grosero, pero es que por experiencia propia, un diseñador de interiores se puede pasar entre 3 a 4 años estudiando, el tiempo puede tener variantes según la universidad, planes de estudio o enfoque que cada escuela le dé. Por el otro lado, el decorador puede realizar su labor gracias a su talento e intuición. Aunque hay decoradores preparados académicamente y que desempeñan actividades que toquen las áreas de un interiorista, su mayor virtud viene de la intuición y la experiencia y quizás se extrañe un enfoque conceptual y técnico. Me gustaría explicarlo:
Un diseñador de interiores tiene como objetivo resolver de manera CREATIVA, FUNCIONAL y ESTÉTICA los siguientes puntos de cualquier espacio interior:
· Distribución
· Forma
· Función
· Texturas
· Colores
· Aromas
· Mobiliario
· Decoración
· Tecnologías
Es decir, siempre busca de manera tangible que una oficina no sólo se vea bien, sino que vaya más allá, que las texturas y colores te hagan estar el tiempo necesario sin estrés, que la ergonomía sea la adecuada para que cada movimiento se sienta bien, que la distribución sea estratégica para el tipo de actividades diarias, que el mobiliario sea el adecuado en medida, forma y material, que los aromas sean convenientes para los usuarios y que las tecnologías permitan el mejor uso del espacio. Además, como podrán ver en la lista, un interiorista también revisa que la decoración sea la adecuada según el estilo y la tendencia de diseño utilizada.
Ahora, un decorador puede ser aquella persona que por su experiencia, talento y conocimiento de las marcas, puede realizar una propuesta (clara, elocuente y absolutamente bella) para un espacio interior. El resultado final de decoradores puede generar un cambio radical en los espacios. Sin embargo, en estricto sentido y por regla general, es sólo un elemento de muchos otros que componen el conjunto del espacio. Por ello, si estás pensando en contratar a alguien que brinde una propuesta integral para tus interiores, deberías saber esta diferencia antes de tomar la decisión sobre quién llevará a cabo tu proyecto.
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